2:26
Pero no sé,
si se marcaban tus labios en mi piel,
o solo nos estábamos dejando caer,
en la rutina de abrazos y cafés.
Pero no sabía,
que tu sonrisa ya no era la mía,
que no eras manta en mis noches frías,
que solo el espejo era testigo de mi agonía.
Pero no he sabido,
cómo ahogar a los suspiros,
de los pequeños pasos en el camino,
de un pulgarcito sin migas en el bolsillo.
Pero no sabré,
pararme a pensar en quién,
me obligará a ser,
la mejor copia, de todas las que guardé.
Pero sé, que a veces hay que cuestionarse lo incuestionable.
¿No crees?
¿No crees?
Comentarios
Publicar un comentario