Mañanas de resaca


Esas mañanas de resaca...

Esas mañanas en las que no te acuerdas qué pasó ayer,
pero si de alguien que hace un año que no ves,
ese dolor de cabeza ensordecedor que aguantas una y otra vez, 
y esas historias de Instagram que te dicen todo lo que eres, al parecer.

Esa figura que quieres que todo el mundo vea,
o que al menos se la crean,
del “esta foto no, que salgo fea”,
o del “subo esto a ver si el crush me contesta”.

Pero eso nunca pasa, 
como mucho te contesta el típico pesado que ignoras por WhatsApp,
te reacciona un fuego... “Sales de casa?”.
Pues eso, el mítico brasas.

Deslizas el dedo, y te metes en Twitter con un simple gesto.
Parece que no a todo el mundo le va perfecto, 
tú no te sientes mejor con esto, 
pero ya sabes “mal de muchos...”, causa efecto.

¿Y qué vas hacer?, quejarte tú también,
citas un tweet, “ojalá yo con él”,
¡Ala! 10 favs y no son ni las tres.
Y esto es lo peor de internet.

Esa resaca que no tiene final, 
en la que no te duele nada pero estás jodido igual, 
esa de “para que levantarme si tú no estás”,
esa, esa resaca emocional.

¿Que por qué escribo esto?
Ah no sé,
creo que le paso a un amigo el otro día,
porque lo puso en “””close friends”””.

Comentarios